Los sistemas de escape tienen una desagradable característica en común: se oxidan. Existen varios métodos para evitarlo eficazmente. El más sencillo es el tratamiento con pintura para tubos de escape. Esta pintura especial es resistente a temperaturas de hasta 650 °C. Es importante pretratar a fondo el tubo de escape si ya ha empezado a oxidarse. De lo contrario, la pintura no se adherirá correctamente.