La instalación es bastante sencilla, pero suele ser necesario adaptar las placas al vehículo.
Para fijarlas, o bien utiliza los orificios existentes en el chasis (transfiérelos a la placa de chapa desde abajo con un rotulador sharpie) o bien taladra nuevos orificios desde arriba y une la placa y el chasis mediante remaches o tornillos.