La razón por la que los sillines basculantes duraron tanto no tiene que ver sólo con las costumbres, el confort de conducción también es completamente diferente. La posición de asiento más elevada resulta un poco extraña al principio para los pilotos que sólo están acostumbrados a montar en un asiento corrido.
La sensación de conducción ligeramente esponjosa se disipa rápidamente tras los primeros kilómetros. La posición de asiento más elevada y el suave balanceo de los sillines son entonces algo de lo que ya no querrá prescindir.
En combinación con un cojín de asiento o un sillín basculante en un color a juego, el aspecto vintage es perfecto incluso en modelos mucho más jóvenes.
Sin embargo, los sillines basculantes traseros nunca se montaron de serie, pero ofrecen el mismo placer al pasajero inclinado que al piloto.
El sillín basculante puede abatirse hacia delante para facilitar el acceso al maletero y al carburador situado debajo. El tornillo moleteado se bloquea a través de una rosca en el depósito/chasis o en el portaequipajes.
Para fijar el sillín se necesita un portaequipajes.
El tornillo moleteado para el mecanismo de plegado se enrosca en éste.